Sol, has vuelto y por favor te pido, no te vayas.
Después de ésta declaración, sigo con mi tarde de jueves soleada.
Al salir de casa, una cosa tenía clara; iba a tomarme mi 5to café del día y todo lo demás estaba por decidir en el camino. Sólo necesitaba airearme, pues mis dolores de cabeza ya no se curan con pastillas.
Leyendo a Matilde Asensi, he llegado al centro. Callao, en concreto. He comprado otro café, esta vez en Starbucks, y he aprovechado la escasa hora de sol que quedaba sentándome en la terraza de dicha cafetería. He visto pasar por delante de mi una manifestación (la primera que veo de tan cerca en Madrid) y casi queriéndome unir a ella, al final me he desviado, pues ya se hacía tarde y tenía que volver.
He pasado por delante de una droguería y en la puerta algo ha llamado mi atención.
Estaba el perfume en spray que usa mi madre desde siempre!
Echo mucho de menos a mi familia, pero a mi madre en especial, y sin ni siquiera pensarlo dos veces, he entrado a la tienda y lo he comprado.
A partir de ahora oleré como huele mi "Sali" y así parecerá que la tengo a mi lado todo el día.
Volviendo a casa, caminando, que me gusta mas que en metro, he llamado a mi madre y le he contado lo que había comprado para oler como ella. Ella, feliz y contenta, me ha querido todavía más si cabe, y yo, he vuelto a casa saltando cual caperucita roja, sólo que de negro y oliendo especialmente bien.
Os dejo con unas polaroids y con este post, algo diferente al resto.
Gracias por leerme / Thank's for reading
Patricia Palazón
